Convertirse en un héroe para la Tierra: Reflexiones sobre el Día de los Héroes en medio de la crisis ambiental

Solo (ANTARA) – Por Abdul Latif Ashadi

Geofísico, profesor de la Facultad de Geografía – Universidad Muhammadiyah de Surakarta (UMS)

Cada 10 de noviembre, nosotros, como nación indonesia, siempre conmemoramos el Día de los Héroes Nacionales, un día en el que conmemoramos el coraje y el sacrificio de los combatientes que ganaron la independencia con lágrimas, sangre y vidas.

Pero ahora, ocho décadas después de la proclamación, nuestra Tierra enfrenta un nuevo campo de batalla. Nuestro enemigo ya no son los invasores armados, sino la crisis ecológica: el calentamiento global, la contaminación, la deforestación y los desastres climáticos cada vez más reales. La tierra grita y clama por nuevos héroes, todos nosotros.

¿No hemos visto todos con nuestros propios ojos e inmediatamente hemos sentido que esta tierra está experimentando cambios importantes? Las temperaturas del aire se están calentando, las inundaciones costeras se están volviendo más comunes, el clima extremo se está volviendo más común y los patrones estacionales ya no son regulares.

Todas estas señales confirman que la crisis climática provocada por el calentamiento global ya no es sólo una teoría sobre el futuro, sino una realidad a la que nos enfrentamos hoy.
Tomemos como ejemplo la isla de Java. Las temperaturas del aire cálido de agosto a septiembre de 2025 se sentirán muy intensas, muy por encima de las condiciones normales que habitualmente experimentamos.

Este fenómeno también fue confirmado por la Agencia Meteorológica, Climatológica y Geofísica (BMKG), que señaló que la temperatura media del aire en Indonesia (incluida Java) durante el período estuvo por encima de los valores históricos, con una desviación de aproximadamente +0,35 °C.

La ola de calor aún no había desaparecido; A finales de octubre de 2025, la comunidad se vio conmocionada por una gran marea en la zona de Pantura Semarang. La ruta principal en Jalan Raya Kaligawe quedó completamente paralizada por agua estancada de hasta 80-90 centímetros, bloqueando el acceso al transporte e interrumpiendo las actividades de los residentes. Este evento es un verdadero recordatorio de que los impactos del cambio climático son cada vez más reales y tangibles en nuestra vida diaria.

Los impactos cada vez más reales del cambio climático también se están sintiendo en diferentes partes del mundo. En Europa, las olas de calor y las sequías extremas alcanzaron niveles récord a lo largo de toda la historia de las observaciones (Agencia Europea de Medio Ambiente/AEMA, 2023). En América del Norte, se informó de un aumento significativo en la frecuencia de huracanes e incendios forestales en Canadá y Estados Unidos (NOAA, 2023).

Mientras tanto, la región del sudeste asiático, incluida Indonesia, está experimentando un aumento de las precipitaciones extremas y las grandes inundaciones son cada vez más comunes (Organización Meteorológica Mundial/OMM, 2023).

Además, un estudio del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK) reveló que la tasa de calentamiento global en el período 2012-2024 fue casi el doble que en la década de 1980, lo que indica una aceleración significativa en la tendencia al calentamiento global.

El aumento mundial del nivel del mar también ha aumentado drásticamente, con un promedio de alrededor de 4,77 milímetros por año durante el período 2014-2023, más del doble que la tasa del período 1993-2002. Se puede ver una evidencia clara de este cambio climático acelerado en el glaciar Hektoria en la Península Antártica, que perdió casi el 50 por ciento de su área en solo dos meses y estableció un récord de retroceso más rápido en la historia moderna (CNN, 2025).

Por tanto, el informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) ha confirmado que el calentamiento global ha provocado cambios fundamentales en el sistema climático de la Tierra. Las actividades humanas, especialmente la quema de combustibles fósiles, la deforestación y la industrialización, son las principales causas del aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, lo que a su vez acelera el proceso de calentamiento global y desencadena varios impactos extremos en todo el mundo.

¿Qué podemos hacer entonces?
En las enseñanzas islámicas, a las personas se les llama ‘califa fi al-ardh’, los representantes de Dios en la tierra. Esto significa que las personas tienen el mandato no sólo de disfrutar de los recursos naturales, sino también de proteger, gestionar y hacer cumplir la justicia ambiental. El Corán enfatiza que el daño que ocurre en la tierra, tanto en la tierra como en el mar, no es más que el resultado de las acciones de las manos humanas (QS. Ar-Rum: 41).

El calentamiento global es en realidad el resultado de la alteración del equilibrio natural (equilibrio) establecido por Dios. Cuando la gente libera cantidades excesivas de gases de efecto invernadero procedentes de la industria y los vehículos, tala bosques que se supone son sumideros de carbono e ignora los principios de sostenibilidad en la producción y el consumo, este equilibrio se daña.

Por lo tanto, superar la crisis climática significa reconstruir el mundo dañado por la mano humana.
De hecho, el cambio climático es un problema global, pero la solución debe depender de acciones locales e individuales. No tenemos que esperar a que la tecnología avanzada o las políticas a gran escala entren en acción.

Hay muchos pasos sencillos pero significativos que podemos dar: ahorrar energía en casa, utilizar transporte público o vehículos bajos en emisiones, plantar árboles, reducir el consumo de plásticos de un solo uso y elegir productos respetuosos con el medio ambiente. Pequeños cambios de comportamiento, como apagar las luces que no están en uso, llevar su propia botella de agua y reducir el desperdicio de alimentos, en realidad contribuyen a reducir las emisiones diarias de CO2.

Si se hacen de manera consistente y colectiva, estos pequeños pasos tendrán un gran impacto en la sostenibilidad de la Tierra.
Sin embargo, los esfuerzos individuales deben verse reforzados por políticas que apoyen la sostenibilidad ambiental. El gobierno desempeña un papel estratégico para acelerar la transición hacia una economía verde: ampliar el uso de energías renovables como la solar y la eólica, hacer cumplir estrictamente las leyes ambientales y proteger los bosques, las turberas y los ecosistemas de manglares que funcionan como amortiguadores climáticos naturales.

Además, es necesario desarrollar más los sistemas de alerta temprana de desastres, la gestión sostenible del agua y los alimentos y las políticas de transporte con bajas emisiones para que la sociedad pueda adaptarse a impactos climáticos cada vez más complejos.

El papel de la educación y la comunidad tampoco es menos importante en la configuración de la conciencia ecológica. El valor de amar el medio ambiente debe inculcarse desde una edad temprana a través del plan de estudios, las actividades escolares y los movimientos comunitarios. La generación más joven no debe ser meros espectadores, sino que debe emerger como agentes y héroes del cambio, creativos, críticos y empoderados. Las universidades, las instituciones de investigación y los medios de comunicación pueden ser puentes importantes entre la ciencia, las políticas públicas y la conciencia social, de modo que realmente se pueda lograr la transición hacia una sociedad resiliente al clima.

Finalmente, como califas en la tierra, todos tenemos la responsabilidad moral de cuidar la creación de Dios. Al igual que los héroes de la nación que lucharon por la independencia, la Tierra ahora espera nuevos héroes para luchar contra la amenaza de la crisis climática. Ser un guerrero ambiental no tiene por qué ser una gran acción, sino mantener el equilibrio de la vida a través de pequeños pasos consistentes. Porque, en última instancia, una Tierra sostenible y pacífica es el legado más valioso que podemos dejar a nuestros hijos y nietos en el futuro.





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