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A pesar de todo el debate sobre el bienestar, la resiliencia, la salud mental y la retención de los oficiales, una simple realidad no ha cambiado:
Cuando un oficial lleva algo pesado, a menudo recurre a un capellán mucho antes de acudir a un médico.
Esto no se trata de religión.
Se trata de confianza.
Confianza que se gana silenciosamente con el tiempo, en los patrulleros y en los incidentes críticos.
Tanto en las fuerzas del orden como en los alguaciles, los capellanes siguen siendo una de las fuentes de apoyo más confiables en la profesión. Y, sin embargo, algunas agencias la han reducido o eliminado por completo, creyendo que la capellanía está obsoleta o es innecesaria en la era de los médicos y los programas EAP.
Pero si realmente queremos apoyar a los oficiales, prevenir el agotamiento y reducir las pérdidas evitables, los capellanes no son opcionales. Son esenciales.
Por qué los oficiales hablan primero con los capellanes
Conocemos la cultura: los agentes dudan en entrar directamente al consultorio de un médico. No porque los médicos no sean valiosos, sino porque el trabajo les enseña a los oficiales a monitorear la vulnerabilidad, evitar cualquier cosa que parezca una evaluación y mantener las luchas personales fuera del radar administrativo.
Los capellanes llegan a los oficiales de una manera diferente:
- Están presentes en el pase de lista.
- Ellos cabalgan.
- Entienden el humor, la cultura y el terreno emocional.
- No redactan informes ni determinan si son aptos para su trabajo.
- Proporcionan un espacio para ser honesto, sin temor a documentación o malas interpretaciones.
Lo más importante es que los capellanes se encuentran con oficiales que se encuentran en el corazón de la angustia moral, el lugar donde la culpa, la impotencia y los conflictos de identidad chocan después de una llamada difícil.
Este papel ha sido eficaz en la policía y el ejército durante décadas. Y en el clima actual –con una creciente presión pública, escasez de personal y una creciente fatiga moral– esa eficacia no hace más que aumentar.
La pastoral no es un programa religioso… Es un sistema de apoyo humano
Algunas agencias se muestran reacias a utilizar capellanes debido a preocupaciones sobre la óptica o la neutralidad. Pero la capellanía policial moderna no se trata de conversión o instrucción religiosa.
Se trata de abordar el lado del trauma que la psicología no cubre por completo.
Los capellanes ayudan a los oficiales a trabajar:
- daño moral
- pérdida de significado o identidad
- tristeza y culpa que no cumplen con los criterios clínicos
- El peso emocional de los incidentes críticos.
- La presión sobre las familias que se ganan la vida con la profesión.
Éstas no son sólo cuestiones teológicas.
Son personas, y los capellanes están excepcionalmente equipados para sentarse en esos espacios sin juzgarlos.
Capellanes y médicos se fortalecen mutuamente
Los mejores programas de bienestar no eligen entre capellanes y médicos.
Usan ambos deliberadamente.
Los capellanes son a menudo los Primero punto de una conversación honesta.
Los médicos se convierten en próximo paso una vez que se abre la puerta.
Este orden es importante. Es mucho más probable que los oficiales que hablan temprano con un capellán:
- buscar atención de salud mental
- lidiar con el apoyo de pares
- estabilizarse más rápidamente después de conversaciones difíciles
- evitar la abstinencia prolongada o el agotamiento
Los capellanes no reemplazan a los médicos.
Hacen que los médicos sean más eficaces.
Una oportunidad de liderazgo, no una crítica
Cada agencia trabaja con diferentes recursos, realidades de la fuerza laboral y expectativas de la comunidad. Actualmente no todos los departamentos tienen un capellán, y eso no refleja un liderazgo deficiente.
Pero a medida que los programas de bienestar continúan evolucionando, la atención pastoral es una herramienta poderosa y subutilizada. Fortalecer o restaurar la participación de los capellanes no es un paso atrás. Es un paso para brindarles a los oficiales acceso a alguien en quien confían lo suficiente como para decir la verdad, de manera temprana, honesta y sin miedo.
Los líderes inteligentes reconocen que el bienestar no es sólo una serie de programas.
Es una red de relaciones de confianza.
Y los capellanes siguen siendo una de esas conexiones confiables.
Última palabra
El peso emocional de esta profesión no termina cuando se aprueba la convocatoria o se presenta el trámite. Los agentes necesitan a alguien que comprenda la cultura, se reúna con ellos donde estén y les brinde apoyo confidencial si la insignia les resulta pesada.
Un capellán bien capacitado, visible y con conciencia cultural fortalece todo el ecosistema de bienestar de la agencia. Los líderes que invierten en este recurso no están perpetuando la tradición; protegen a su gente.
Eso es liderazgo.
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