Mientras crecía, el cineasta JM Cravioto (“Bound to Vengeance”, “Diablo”) seguía escuchando historias sobre el infame Festival de Avándaro, también conocido como el Woodstock mexicano. Ambientado durante un fin de semana de septiembre de 1971, el festival de música a orillas del lago Avándaro originalmente programó la presentación de 12 bandas, pero terminó con 18 actos y cientos de miles de asistentes al concierto por encima de su estimación de asistencia original. El resultado fue puro caos, y el gobierno pidió a quienes lo capturaron en película que borraran toda prueba de su existencia.
Buscando reenvasar la mitología del festival para una nueva generación, Cravioto hizo “Wheels, Weed & Rock n’ Roll: The Legend of the Mexican Woodstock”. El falso documental rastrea el proceso creativo detrás del festival y la locura del evento en sí, aprovechando la comedia de ofertas de tono similar como “The Office” y “This is Spinal Tap” para revelar cómo lo que se suponía era una carrera de autos con algunas bandas tocando se convirtió en lo que el establishment conservador de México aclamó como “un infierno de depravación desnuda, sangre, porros y muerte”. Después de presentarse en la competencia Mezcal Mexicano en el Festival de Cine de Guadalajara de este año, la película también se proyectará en competencia en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva.
“Ahora, aunque puedes encontrar información sobre una historia como esta más fácilmente, no escuchas tanto sobre ella”, dice Cravioto. Variedad. «Por eso siempre trato de hacer películas que rescaten estas historias mexicanas. También me encanta el rock and roll y las historias que involucran a los jóvenes y la cultura. Quería unirme a este espíritu juvenil, energía partidista y un movimiento de rock chicano antigubernamental y contar una historia que nunca se había contado así».
Sobre el formato de falso documental, Cravioto dice que surgió por falta de recursos económicos. Una vez que el equipo se dio cuenta de que no tenían los fondos necesarios para filmar el guión original de la forma en que se había imaginado, la productora Mariana Franco sugirió en broma hacer un documental de bajo presupuesto. “Fue entonces cuando se nos ocurrió hacerlo como un falso documental”, recuerda el director. «Reescribí el guión en una semana y fue una solución perfecta para nuestra falta de dinero. El único lujo que tuvimos en el proyecto fue rodar en 16 mm porque quería la veta y la textura de la época».
La realización de su película animada de 2019 “Olimpia”, sobre tres estudiantes que quedan atrapados en el movimiento estudiantil de la Universidad Nacional Autónoma de México en 1968, le enseñó al director cómo jugar y manipular imágenes, un recurso valioso para “Wheels, Weed & Rock n’ Roll”. De aproximadamente una hora de metraje de 16 mm recuperado del festival, Cravioto extrajo gran parte de lo que vemos del evento en pantalla, habiendo recurrido a la pantalla verde sólo para un puñado de secuencias.
“El consejo clave que puedo dar al hacer una película como ésta es que tengas mucha experiencia, no sólo tú como director, sino también el equipo que te rodea”, añade sobre cómo lograron realizar una película que parece haber sido hecha con el doble de su presupuesto. «Somos un equipo de más de 50 personas que hemos trabajado juntas durante más de 15 años y ahora somos quizás uno de los más experimentados trabajando en cine en México. Filmamos grandes programas para Disney, Netflix… Cuando tenemos dinero, experimentamos, pero a veces levanto el teléfono y le digo a la gente que no tenemos dinero, pero que tenemos una gran historia, y esto es lo que pasó aquí. Solo fue posible gracias al equipo».
Hablando de la industria cinematográfica mexicana en general, Cravioto dice que están atravesando un “momento de crisis”. El cineasta dice que sus colegas están “atrapados” en la percepción de posibilidades que ofrece el apoyo ofrecido por los organismos de financiación pública, que sólo está disponible para una fracción de los proyectos que intentan realizarse en el país cada año, y que “cubre tal vez el 30% de las necesidades para realizar una película”. Cravioto está agradecido por los streamers, pero dice que su dinero viene con la expectativa de grandes audiencias y retorno financiero, lo que descarta auténticas historias independientes. “Estamos atrapados en una situación en la que sólo 10 productoras llegan a trabajar y es muy difícil acceder tanto al dinero como a la confianza en sus proyectos”.
El director dice que un fenómeno como Los Tres Amigos (Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu) fue “de su época” y se debe a un recorrido generacional en el cine que también engendró a Christopher Nolan, Paul Thomas Anderson y Quentin Tarantino. “Es una gran generación, pero no debemos utilizarlos como ejemplo de éxito [in Mexico] porque su historia no es la de todos los demás que trabajan hoy. Una película como ‘Frankenstein’ es sólo para Guillermo del Toro”.
En este sentido, el director ha ido estrechando su relación con España, habiendo dirigido en Europa “Búnker de los multimillonarios” y “Berlín”. Tras el éxito de las series, Cravioto trabaja ahora en su primer largometraje en España. Aunque los detalles aún son secretos, la película se llamará “El beso del vampiro” y será un drama inspirado en una historia real española. Actualmente, el cineasta está asegurando la financiación para el proyecto.
“Hice mis dos últimas exhibiciones en España y creo que ha sido una gran oportunidad para demostrar que los cineastas mexicanos son más que unas pocas películas en los grandes festivales”, agrega Cravioto. «Hay muchas historias, colores y texturas en nuestro cine, y es triste ver que sólo unos pocos llegan a los grandes festivales. Necesitamos demostrar que hay esperanza de que se abran muchos más espacios en el futuro».


