
Los investigadores han transformado a las mujeres. mosquito alimentando tubos en boquillas de impresión 3D de ultra alta resolución.
El enfoque permite a los impresores colocar material con anchos de línea tan pequeños como 20 micrones, un poco más pequeños que un glóbulo blanco.
El resultado supera los límites actuales de la impresión 3D. El equipo denominó a la técnica “necroimpresión 3D”.
El proceso utiliza una estructura biológica no viva directamente como herramienta de fabricación funcional. A diferencia de las boquillas convencionales, la probóscide del mosquito evolucionó para una penetración y transporte de fluidos eficientes.
Su geometría natural reduce la obstrucción y la acumulación de presión, lo que lo hace muy adecuado para la deposición controlada de material.
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