A medida que la inteligencia artificial reduce las barreras técnicas para crear imágenes, películas y animaciones, un panel en el Festival Internacional de Arte de IA de Hong Kong centró su atención en lo que todavía separa la creación significativa de la generación sin esfuerzo: el juicio humano.
El debate, titulado «La IA potencia la creatividad ilimitada», fue moderado en nombre de Variedad por Quist Tsang, fotógrafo y artista visual radicado en Hong Kong, como parte del programa del foro público del festival. Tsang dirigió la conversación hacia la práctica concreta en lugar de la especulación, preguntando cómo la IA ya está remodelando el trabajo creativo, la educación y la toma de decisiones profesionales.
Los panelistas representaron una muestra representativa de plataformas, academia e industria, incluido Zeng Yushen, jefe de operaciones de IA de hoja; Jennifer Lin, vicepresidenta asociada de estrategia global de la City University de Hong Kong; Wang Lei, decano y profesor de la Escuela de Animación y Artes Digitales de la Universidad de Comunicación de China; la veterana supervisora de efectos visuales Ma Wenxian; Lin Gengxu, creador de Kling AI y artista digital; y la estudiante de maestría y artista digital de HKUST, Ivy Zhang.
A lo largo del debate, los oradores volvieron repetidamente a la idea de que, si bien la IA acelera la producción y reduce las barreras de entrada, no elimina la necesidad de gusto, responsabilidad y toma de decisiones. Zeng describió cómo las herramientas de inteligencia artificial han ampliado lo que los equipos pequeños pueden producir de manera realista, pero enfatizó que los resultados aún dependen de qué tan claramente los creadores definan lo que quieren hacer.
Durante el panel, Zeng también hizo referencia a actualizaciones recientes de los modelos subyacentes de Kling, enmarcándolas como parte de un esfuerzo en evolución para apoyar una colaboración más precisa entre humanos y máquinas en lugar de anuncios formales. Señaló el lanzamiento de Kling O1, que integra generación, edición y comprensión en un flujo de trabajo multimodal unificado, así como el modelo Video 2.6, que introduce generación de audio nativo y sincronización audiovisual mejorada, lo que permite a los creadores generar diálogos, efectos de sonido y sonido ambiental junto con video en un solo proceso.
Desde una perspectiva académica, Wang argumentó que los estándares artísticos en sí mismos no han cambiado. El arte, dijo, sigue siendo una forma de comunicación emocional entre personas, en la que las obras actúan como intermediarias. Sin esa resonancia, la sofisticación tecnológica por sí sola no tiene sentido. Si bien la IA puede desdibujar la frontera entre productor y consumidor al permitir una participación más amplia, Wang enfatizó que la capacitación sostenida en estética y juicio sigue siendo esencial.
Ma, basándose en décadas de experiencia en cine y efectos visuales, ofreció una visión más cautelosa de la industria. Si bien la IA puede acelerar la generación de imágenes, señaló que mantener la continuidad narrativa y cumplir con la intención precisa del director sigue siendo un desafío. En los flujos de trabajo profesionales, el control y la precisión siguen pesando más que la novedad.
Los creadores más jóvenes en el panel enmarcaron la IA menos como un atajo que como un colaborador. Lin Gengxu describió el uso de la IA en proyectos personales y comerciales para explorar ideas que antes habrían sido difíciles o imposibles de realizar, siempre que el creador mantenga un claro sentido de dirección. Zhang habló de que la IA permite a los artistas moverse con mayor fluidez a través de los medios, permitiendo visualizar ideas abstractas sin una especialización técnica profunda.
La educación surgió como una falla clave. Lin rechazó las sugerencias de que las humanidades y las ciencias sociales se están volviendo irrelevantes en la era de la IA, argumentando en cambio que el juicio, la ética y la sensibilidad estética se están volviendo más importantes a medida que las herramientas se vuelven más poderosas. Wang se hizo eco de este punto, argumentando que a medida que la IA absorbe muchas habilidades basadas en herramientas, lo que sigue siendo distintivamente humano es una combinación de curiosidad, experiencia y conocimiento tácito que no puede reducirse a datos.
La discusión formó parte de un foro industrial más amplio convocado por Kling AI que examina cómo las herramientas generativas están remodelando la práctica creativa en las industrias del arte, la educación y la pantalla. Esas iniciativas han incluido colaboraciones con cineastas y artistas consagrados, incluido el diseñador de producción Tim Yip, ganador del Premio de la Academia, cuyo trabajo de cocreación humano-máquina con la plataforma fue previamente examinado por Variedad.
De cara al futuro, de tres a cinco años, los panelistas ofrecieron diferentes puntos de vista sobre las formas de arte nativas de la IA que podrían surgir. Ma abogó por introducir herramientas creativas de IA en las primeras etapas de la educación, sugiriendo que los estudiantes más jóvenes sin suposiciones arraigadas pueden impulsar el medio en direcciones inesperadas. Lin Gengxu anticipó una proliferación de contenido especializado impulsado por la comunidad a medida que las herramientas de creación se vuelvan ampliamente accesibles, mientras que Zhang señaló formatos interactivos que podrían permitir que las audiencias participen directamente en la configuración de narrativas.
Wang advirtió contra asumir que la estética de la IA dominante hoy en día –a menudo onírica y fragmentada– definirá el futuro. Caracterizó estos estilos como artefactos de limitaciones técnicas actuales en lugar de lenguajes artísticos establecidos, argumentando que la diversidad, no la uniformidad, es el resultado más probable.
Al cerrar la sesión, Tsang señaló que si bien la IA continúa expandiendo los límites físicos de la creación, el significado, el juicio y la responsabilidad permanecen firmemente en manos humanas, una conclusión que subrayó el tema central del panel.


