Su trabajo es tan minucioso como silencioso: dirigente de Paris Saint Germain, el club francés que hoy juega la final de la Champions Ligue contra Bayern Munich.
Si traslada sus memorias 35 años atrás, cuando corría en los potreros de Laboulaye, seguramente no hubiera imaginado lo que el destino tenía guardado para él.
Pero supo encontrar su lugar en el mundo deportivo. Fue futbolista de River, Sarmiento de Junín y el ascenso francés.
Luis Marcos Ferrer nació el 21 de septiembre de 1975 en Laboulaye, uno de sus lugares en el mundo.
“Jugué al fútbol desde muy chiquito en el Sporting Club de mi ciudad. A ellos les debo todo, allí hice las inferiores y debuté en la primera división a los 17 años. Una liga muy áspera, eso sí. Al terminar el colegio secundario me fui a probar a River. Tuve una suerte muy grande, en ese momento estaba Héctor Pitarch en la quinta división y pude fichar con ellos. Compartí entre dos y tres años con una gran generación, la clase 1975, como por ejemplo Hernán Crespo. Conocí a personas como Alejandro Sabella. Pocas veces tuve la oportunidad de practicar con la primera, en esa época estaban Daniel Passarella y Tolo Gallego”, explica Ferrer.
Su paso por los millonarios se terminó y luego el camino lo llevó a Sarmiento de Junín en la temporada 1995/1996.
“Logramos el ascenso de la Primera B Metropolitana a la B Nacional”, rememora. Un torneo en el que el ex volante disputó 33 encuentros (anotó cuatro goles) y le abrió las puertas de Europa. En definitiva, un momento que cambiaría su vida para siempre.
“Eso me permitió venir a Francia, un país en el que jugué 10 años entre la segunda y la tercera división”, detalla. Los clubes fueron París FC, Grenoble y Ajaccio.
“La realidad es que no me destaqué, no hice una carrera valiosa, pero me adapté a un país, comprendí su cultura y me creció la vocación de trabajar para una institución.
Su actividad como dirigente comenzó en una secretaría técnica en Niza (Francia). En 2009 lo fue a buscar PSG, que pretendía un hombre que los llevara a conocer de una manera más minuciosa el mercado sudamericano.
¿En qué consiste su trabajo en París? “Soy parte de la secretaría técnica. Siempre estoy a la par del director deportivo, hoy Leonardo, dándole variantes con nombres y soluciones.Es un poco la cocina interna, el análisis de los jugadores que se va a contratar. Es muy amplio, porque también somos los encargados de los préstamos de los futbolistas a otras entidades. Estamos encima del centro de formación, de las inferiores. Y también hay que saber vender y tener relaciones”, asegura. “Lo mío es indirecto, es un trabajo que no se ve”, añade.
Entre otras cuestiones, Ferrer fue responsable de que en su momento Kylian Mbappé se decantara por PSG y no por Real Madrid.
Hoy, además de lo profesional, los une una amistad.
(Extracto diario La Nación)