Se (ANTARA) – Cada vez que Muhammadiyah celebra su cumpleaños, el público siempre espera para ver qué mensaje se transmitirá. El 18 de noviembre de 2025, Muhammadiyah cumplirá 113 años. Ha sido una larga vida para una organización, pero Muhammadiyah nunca se queda sin energía para seguir adelante.
El tema del aniversario de este año, «Promover el bienestar de la nación», parece apropiado en medio de condiciones nacionales que están plagadas de desafíos: enormes desigualdades sociales, una economía inestable y una vieja enfermedad nacional llamada corrupción que nunca desaparece.
El presidente general del PP Muhammadiyah, Haedar Nashir, subrayó que el bienestar al que se refiere no es sólo en el sentido económico, sino completa prosperidad: física y espiritual, tanto material como espiritual. Este tipo de prosperidad requiere justicia social para todas las personas, de acuerdo con el quinto principio de Pancasila y el mandato de la Constitución de 1945 de «promover el bienestar general».
Muhammadiyah, desde el principio, nunca ha guardado silencio ante los problemas del país. No sólo a través de escuelas, hospitales e instituciones sociales, sino también a través de voces morales. Uno de los temas que Muhammadiyah destaca con mayor frecuencia es la corrupción. En muchos foros oficiales, Muhammadiyah recuerda que la corrupción no es sólo una violación de la ley, sino también una traición moral que socava la justicia social.
La corrupción dificulta las cosas para la gente, mientras que unos pocos se enriquecen haciendo trampa. En el lenguaje de la da’wah, la corrupción es un pecado social cuyo impacto es generalizado, haciendo que la prosperidad de la nación nunca sea igual.
En medio de condiciones económicas caóticas, con precios fluctuantes de las necesidades básicas, un desempleo agonizante y una desigualdad marcada, Muhammadiyah está tratando de encontrar soluciones concretas.
A través de organizaciones benéficas económicas, cooperativas y programas de empoderamiento de las MIPYMES, Muhammadiyah fomenta la independencia del pueblo para que no dependa completamente del Estado. Este espíritu es consistente con las ideas del fundador de Muhammadiyah, KH Ahmad Dahlan, quien siempre enfatizó la importancia de la caridad genuina en lugar de las meras palabras.
No es sorprendente que observadores extranjeros como Mitsuo Nakamura llamen a Muhammadiyah la cara del Islam indonesio moderno, que habla no sólo de culto, sino también de comida, escuela y trabajo.
Nakamura ve a Muhammadiyah como un movimiento profundamente arraigado en las aldeas, pero que llega al mundo con una visión amplia. Esto es lo que permite que Muhammadiyah siga siendo relevante después de más de un siglo de existencia.
Otra literatura, como Muhammadiyah y Challenges of Da’wah of the Age de Bahtiar Effendy, describen Muhammadiyah como un movimiento progresista de la da’wah. Este progreso fue claramente visible cuando Muhammadiyah fue más allá de la predicación verbal hacia la da’wah práctica: construyó escuelas, hospitales, orfanatos e incluso alentó reformas legales y una gobernanza limpia. Muhammadiyah no quiere limitarse a las críticas, sino que también presenta alternativas.
El tema de la prosperidad en el 113º aniversario es en realidad la coherencia de Muhammadiyah al hacer de la da’wah una solución para la coexistencia.
La Muqaddimah de los Estatutos de Muhammadiyah establece que una sociedad próspera, segura y pacífica sólo puede lograrse con justicia, equidad y cooperación mutua. Esto significa que sin erradicar la corrupción y construir una economía justa, la prosperidad será sólo un sueño vacío.
Haedar recordó que Indonesia es independiente desde hace más de 80 años, pero su sueño de prosperidad está lejos de estar completo. La desigualdad sigue siendo elevada, la corrupción sigue siendo rampante y muchas personas viven al día.
Por lo tanto, Muhammadiyah está aquí no sólo para brindar servicios sociales, sino también para recordarle al país que regrese a su camino de servir a la gente honestamente.
Este 113º aniversario también se siente como un llamado moral. Muhammadiyah quiere reafirmar su compromiso: que la da’wah no se trata sólo del cielo y el infierno, sino también del arroz, la educación, la atención sanitaria y la justicia legal. Porque, ¿cómo puede la gente adorar en paz cuando tiene el estómago hambriento, las matrículas escolares son caras y los funcionarios todavía están envueltos en la corrupción?
A partir de ahora, Muhammadiyah quisiera enfatizar que el bienestar de la nación es una tarea compartida. El Estado es responsable a través de sus políticas, mientras que Muhammadiyah y la sociedad civil actúan como equilibradores morales y ofrecen soluciones alternativas.
Si estas dos fuerzas van de la mano, no es imposible que los ideales de Indonesia como Baldatun thayyibatun wa rabbun ghafur –un país bueno y próspero bajo el perdón de Dios– puedan sentirse verdaderamente y no convertirse simplemente en retórica en la oración.
Este 113 aniversario no es sólo nostalgia por un largo viaje, sino un momento de reflexión nacional. Muhammadiyah está aquí para recordar: esta nación progresará si se combate seriamente la corrupción, si la economía se gestiona para todos y si la prosperidad no pertenece sólo a unos pocos. De esta manera, la iluminadora da’wah de Muhammadiyah seguirá siendo relevante, incluso más necesaria que antes.
*Wahidin Hasan, observador de políticas públicas en LHKP PWM Central Java



