domingo 23 de noviembre de 2025 – 08:31 WIB
Jacarta – El nivel de participación de las mujeres en diversos sectores estratégicos aún muestra brechas importantes.
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El Ministerio de Empoderamiento de la Mujer y Protección Infantil (KemenPPPA RI) señaló que sólo el 27% de las mujeres trabajan en el sector tecnológico, mientras que el 35,7% son académicas en instituciones tecnológicas. ¡Vamos, desplázate más!
La Agencia Central de Estadísticas (BPS) en su publicación Mujeres y hombres en Indonesia 2024 también muestra la desigualdad en posesión de un diploma de escuela secundaria: las mujeres en las zonas urbanas tienen una puntuación de 33,93, mientras que en las zonas rurales es sólo de 19,55.
Estos datos enfatizan la importancia de la intervención. educación más equitativo y sostenible.
Esta situación fortalece la urgencia de programas de educación inclusiva para las mujeres.
Muchos partidos ahora se están centrando en aumentar las oportunidades educativas, desde la escuela secundaria hasta el nivel terciario, para garantizar que las mujeres de diversos orígenes puedan tener igual acceso.
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“amarta.org cree que la educación es la clave fundamental para romper la cadena de la pobreza en varias regiones. Sin embargo, la desigualdad en el acceso a la educación todavía ocurre con frecuencia, lo que limita la posibilidad de que las generaciones futuras que tienen una visión de desarrollo de aldeas puedan contribuir. Por lo tanto, Beca «Amartha existe como una forma de intervención que crea una generación de líderes locales, agentes provocadores, que traen cambios a sus comunidades de origen en las regiones», dijo la presidenta de Amartha.org, Aria Widyanto.
Desde hace tiempo se reconoce que la educación es la solución más eficaz para romper el ciclo de la pobreza. Un acceso adecuado a la educación permite a una persona mejorar sus habilidades, ampliar las oportunidades laborales y mejorar las condiciones económicas de la familia.
Cuando las mujeres tienen igualdad de oportunidades educativas, pueden ingresar a una gama más diversa de sectores laborales, incluidos campos estratégicos como la tecnología y la academia.
El impacto no sólo se siente individualmente, sino que también fomenta el crecimiento económico comunitario y crea un ciclo de prosperidad más sostenible.
Con una educación sólida, las mujeres pueden convertirse en motores de cambio que fortalezcan las estructuras sociales y económicas en diversas regiones.
Sin embargo, el desafío del acceso a la educación en la región aún es grande. Muchas zonas remotas se enfrentan a una infraestructura limitada, falta de instalaciones de aprendizaje y las escuelas están lejos de las zonas residenciales.
Los factores económicos también son un obstáculo importante, porque muchas familias tienen dificultades para pagar la educación, especialmente las de las niñas.
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Además, las normas sociales en algunas regiones todavía sitúan la educación de las mujeres como una segunda prioridad. La solución debe implementarse de manera integrada, comenzando por ofrecer becas, mejorar las instalaciones escolares y empoderar a las comunidades para crear conciencia sobre la importancia de la educación. Programas como la Beca Amartha son un paso concreto para abrir el acceso y construir una generación de mujeres más empoderada.
