Jueves 27 de noviembre de 2025 – 22:09 WIB
VIVA – kediri conocida como una ciudad llena de historia y espiritualidad. Sin embargo, entre los muchos destinos religiosos, hay una zona que siempre atrae a peregrinos de diversas regiones: el complejo de la Iglesia Puhsarang. En las frescas y tranquilas laderas del Monte Wilis, las personas de oración no sólo encuentran un lugar para adorar, sino también un espacio tranquilo que los invita a volver a dialogar consigo mismos.
Detrás del esplendor de las rutas de peregrinación y el bullicio de la Cueva de María Lourdes, se esconde un rincón que pocos visitantes conocen, la Casa del Rosario de Nazaret. La ubicación no está lejos de la ruta principal, pero el ambiente es mucho más tranquilo e íntimo. Muchos devotos lo conocen como “el lugar donde descansa la Madre”, un pequeño espacio que brinda una experiencia espiritual diferente a otros lugares de Puhsarang.
Un espacio de silencio que une oración y sinceridad
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Cabaña Rosario Nazareth presenta un ambiente que se describe como similar a una casa de Nazaret, sencillo, tranquilo y lleno de ternura. En él, el rosario se reza sin frenesí, permitiendo a cada peregrino reflexionar sobre su propio camino interior. En mayo y octubre este lugar se llena de gente porque coincide con el Mes de María y el Mes del Rosario.
En esta pequeña área hay tres chozas de oración, cada una de las cuales simboliza una serie de rosarios, Acontecimientos Gozosos, Acontecimientos Tristes y Acontecimientos Gloriosos. En contraste con la atmósfera de la Cueva de Lourdes María, que es un centro de devoción, el Rosario Pondok ofrece una experiencia de oración mucho más personal. Muchos peregrinos no vienen a pedir algo, sino a entregar las cargas que llevan consigo.
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Oración de medianoche: un ritual silencioso que toca el alma
Una tradición no escrita que se mantiene desde hace muchos años es la oración de medianoche. En ciertas noches, especialmente los viernes Legi o martes Kliwon, los visitantes optan por esperar hasta tarde para quedarse en esta cabaña. No hay liturgia formal ni coro. Sólo una pequeña vela y el aire fresco de la noche, dejando espacio para la contemplación más profunda.
Algunos sostenían rosarios, otros simplemente cerraban los ojos mientras recitaban oraciones lentas y muchos terminaron llorando para liberarse de su carga.
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Combinación de fe católica y cultura javanesa
