Con la asistencia virtual de todos los ministros de Educación del país, se aprobó ayer el protocolo marco y los lineamientos federales con un conjunto de pautas de trabajo que promueven un ordenamiento en las actividades inherentes al retorno a las clases presenciales, basadas en criterios sanitarios y salud y seguridad en el trabajo, así como de organización escolar y pedagógica.
El documento establece un piso mínimo de requerimientos para la apertura de instituciones educativas, a partir de los cuales cada provincia, o jurisdicción, podrá agregar criterios adicionales y adecuarlos a la realidad local.
Estas pautas básicas para el rediseño de la dimensión física y de los flujos de movimientos dentro de las escuelas se basan en el distanciamiento físico, el tiempo de exposición, la dinámica del aire y la higiene personal.
Según lo acordado por todos los ministros que integran del Consejo, la reanudación de las clases presenciales en el país tendrá las siguientes características: será a través de un escalonamiento progresivo, de acuerdo con criterios epidemiológicos de evolución de la pandemia y las características sociodemográficas de cada región; y la asistencia será alternada por grupos de alumnos/as de manera de garantizar el cumplimiento de las normas de distanciamiento social, articulando tiempos de presencialidad y de no presencialidad bajo un modelo “bimodal”.
Cada jurisdicción podrá construir reglamentaciones propias complementarias. Para ello, las provincias deberán presentar un Plan Jurisdiccional de retorno a clases presenciales ante el Ministerio de Educación de la Nación, a través de la Secretaría General del Consejo Federal de Educación, que tendrán que contemplar -en su organización y alcances- lo establecido en el documento acordado y tener la aprobación de las máximas autoridades educativas y sanitarias de cada jurisdicción.
En Córdoba
La reglamentación nacional valida los protocolos en los que se encuentra trabajando el Ministerio de Educación de la provincia de Córdoba, que luego deberán ser autorizados por el Centro de Operaciones de Emergencias (Central), organismo responsable del monitoreo de la situación epidemiológica.
En este sentido, el protocolo nacional no implica una aprobación de aplicación inmediata para nuestra provincia, sino que es un marco de referencia para el desarrollo de las reglamentaciones que los equipos técnicos están diseñando, teniendo en cuenta las características particulares de nuestro territorio, la conformación diversa de comunas, pueblos y ciudades y las distintas realidades epidemiológicas.