La tuberculosis es una enfermedad causada por la bacteria bacilo de Koch, que afecta principalmente a los pulmones y puede dañar otras partes del cuerpo.
Su transmisión ocurre de persona a persona, por medio del aire, cuando alguien que tiene la infección expulsa las bacterias al toser, estornudar, hablar o cantar.
Cabe aclarar que el contagio sucede si las personas comparten varias horas, por lo que es más habitual entre familiares, amistades, compañeros de escuela o trabajo de una persona afectada. Asimismo, es importante mencionar que la TBC no se transmite al dar la mano, compartir alimentos o bebidas, ni al tocar ropa de cama o inodoros.
En relación a los síntomas, la persona puede presentar tos persistente y con flema por más de 15 días, fiebre y sudoración -especialmente durante la noche- falta de apetito, cansancio y pérdida de peso. Si aparecen, se debe realizar la consulta médica.
En relación al tratamiento, se realiza a través de medicación por vía oral, y dura generalmente seis meses. Se trata de una medicación efectiva, siempre y cuando se sigan las indicaciones y se sostenga la adherencia. De esta manera, la enfermedad puede curarse.
Prevención
Respecto a su prevención, en niños, es fundamental tener el carné de vacunación completo, especialmente con la dosis de BCG indicada para recién nacidos, que previene consecuencias graves de la enfermedad.
– Iluminar y ventilar todos los ambientes de la casa, escuela o trabajo.
– Cubrirse con el pliegue del codo la boca al toser o estornudar.
– Alentar y ayudar a que las personas con TBC realicen el tratamiento de manera regular y completa.