En la jornada de hoy se cumple cinco años de la muerte de Raúl Alfonsín, el radical quien fue el primer presidente tras el retorno a la democracia a principios de la década de 1980, tras la caída del gobierno de facto autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional”.
Alfonsín asumió a su cargo presidencial el 10 de diciembre de 1983, mientras el país dejaba atrás un período de ocho años de mandato dictatorial. Previamente, en las elecciones presidenciales del 30 de octubre de ese año obtuvo el 51,75% de los votos sobre el justicialista Ítalo Luder.
Al llegar tuvo que afrontar un alto endeudamiento externo, un país desindustrializado y una enorme deuda social.
A meses de haber asumido impulsó la anulación de la autoamnistía dictada por los militares y creó la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), que tuvo el objetivo de investigar los crímenes cometidos durante el terrorismo de estado. En 1984 se publicó Nunca Más, el informe de dicha comisión, y al año siguiente se llevó a cabo el histórico juicio a las juntas militares que condenó a los principales jerarcas del régimen.
Sin embargo, la presión tras los dos intentos de golpes militares lo obligaron a limitar su tarea con las polémicas leyes de impunidad (Obediencia Debida y Punto Final), marcando el declive del gobierno radical.
En su mandato promovió la ampliación de derechos civiles (ley de Divorcio Vincular) y también impulsó la creación Mercosur. El Plan Austral y el proceso de sustitución de importaciones y de reindustrialización del país, sufrieron un estancamiento tras el creciente proceso inflacionario y las dificultades fiscales.
En el último tramo de su gestión- en enero de 1989- ocurrió otro hecho vinculado a un posible golpe militar y que anticipó la debacle que se avecinaba: el copamiento del regimiento de La Tablada por parte de un grupo armado que respondía al Movimiento Todos por la Patria.
La devastada economía tuvo un último intento para salvar la profunda crisis que atravesó el país con el Plan Primavera, aunque la hiperinflación, la corrida cambiaria, el crecimiento de la pobreza y los saqueos a supermercados hicieron mella en el territorio nacional.
La salida de Alfonsín era inevitable, por lo que las elecciones presidenciales se adelantaron para el 14 de mayo de 1989. El radical entregó el mando a Carlos Menem (vencedor en los comicios) seis meses antes del final de su mandato.
El ex presidente falleció el 31 de marzo de 2009, a los 82 años, por una fuerte “neumonía broncoaspiratoria” a raíz de un “cáncer de pulmón con metástasis ósea”.
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