Durante los últimos 30 años, España se ha destacado en Europa por su producción de género inteligente: piense en “El orfanato”, “El laberinto del fauno” y “Abre los ojos” entre los primeros ejemplos.
Desde su recepción este fin de semana, los críticos españoles pronto podrían agregar otro título al ilustre canon del género de autor español: “Subsuelo”, el cuarto largometraje como director de Fernando Franco, ganador del Premio Especial del Jurado de San Sebastián por “Wounded” de 2013 y editor de “Robot Dreams”, nominada al Oscar. ella conductor maneja las ventas mundiales.
Un nuevo clip deja entrever el estilo de la película, una de las razones por las que la película ha recibido una reacción optimista por parte de los críticos españoles, y el periódico El Mundo elogió ‘Subsuelo’ como un «thriller profundo y altamente inquietante».
Franco se ha ganado una reputación por abordar temas desafiantes: el trastorno límite de la personalidad en “Wounded”, la muerte en “Morir” de 2017 y en “The Rite of Spring” de 2022, la asistencia sexual a un paciente con parálisis cerebral.
Producida por Lazona, Kowalski Films, Ferdydurke Films y Blizzard Films AIE con Cinekdoque, “Subsuelo” comienza de manera bastante alegre en un encantador chalet rural donde dos familias están cenando. Javier (Itzan Escamilla, “Élite”), el hijo adolescente de la familia visitante, es enviado a buscar hielo, junto con los gemelos Eva (Julia Martínez, “The Vow”) y Fabián (Diego Garisa, “Welcome to Eden”). Un espantoso accidente automovilístico deja a Javier muerto y a Fabián paralizado de cintura para abajo.
Ese extraño accidente eclipsa, literalmente, toda la película. En el clip, Eva –que estaba al volante, hecho que su madre oculta– sale a una cita de Nochevieja con Ramón (Nacho Sánchez, “Manticore”), el hermano mayor de Javier.
La estética neo-Noir de la película se manifiesta a lo largo de todo el clip, el rostro de Eva en un taxi atravesado por luces y sombras de la ciudad. Eva y Ramón están enamorados el uno del otro. Sin embargo, otros sentimientos pueden (o no) también estar presentes, como la determinación de Ramón de descubrir qué sucedió realmente y la creciente comprensión de Eva de que él podría ayudarla a protegerla del patológicamente abusivo Fabián. No en vano, en la discoteca, el vocalista sobre el escenario canta que «el pacto está cerrado. Es hora de actuar».
Cuando Ramón y Eva salgan del club deberían estar felices. En cambio, la omnipresente música opresiva de la película sigue sonando.

