Rafael Coboscuyo “El hijo zurdo” ganó el máximo premio de formato corto de Canneseries en 2022, acaba de estrenarse mundialmente “golpes”, su debut cinematográfico que parece consagrarlo como una de las nuevas voces del cine español.
Mejor conocido como coguionista de Alberto Rodríguez, coautor de “Marshland”, ganadora del Goya en 2014, y de “La peste” de 2017, la primera gran serie de Movistar Plus, ambas ambientadas en o cerca de la Sevilla natal de Cobos, Cobos regresa a la ciudad nuevamente en “Golpes”. Está protagonizada por el tres veces ganador del Goya. Luis Tosar (“Los lunes al sol”, “Take My Eyes” y “Celda 211”), y producida por Borja Peña y Emma Lustres en Vaca Films (“Célula 211, “Bandas de Galicia”) con la francesa Recreoparte del Grupo Vuelta, que también gestiona las ventas a nivel mundial.
“Golpes” está ambientada en el verano de 1982, mientras España galopa, al parecer, hacia un futuro moderno y democrático, siete años después de la muerte del dictador Francisco Franco en 1975.
Migueli sale de la cárcel para reunir a su antiguo equipo para una serie de atrevidos atracos. Acercándose a él está su propio hermano, que se ha convertido en policía y se une a los vencedores de la Guerra Civil española.
Escrita por Cobos y Fernando Navarro (“El regreso de Saturno”, “Verónica”), “Golpes” se basa en un notable subgénero local español, el llamado cine “quinqui” (piense en “Deprisa, Deprisa”, de Carlos Saura, ganador del Oso de Oro de Berlín en 1981, o en “Navajeros” de 1980 de Eloy de la Iglesia), que presentaba criminales marginados de la clase trabajadora, atracos, brutalidad policial, dicción picante, abuso de heroína y un vago sentimiento de deseo de libertad y un desprecio visceral por la autoridad y las convenciones de la clase media.
La música juega un papel destacado en “Deprisa, Deprisa”, como en el atrevido himno pop flamenco “Me Quedo Contigo”. “Golpes”, en esta y otras direcciones, sin embargo, sigue su propio camino. «Le da a todo ‘qujnqui’ corazón y dignidad», escribió Luis Martínez en el periódico español El Mundo esta semana.
Cuando los cuatro jóvenes amigos delincuentes de “Desprisa, Deprisa” visitan el monumento del Cerro de los Ángeles en Madrid, no tienen ni idea de cómo llegaron allí los agujeros de bala de la Guerra Civil Española.
Migueli (Jesús Carroza, “7 Virgins”, “Offworld”), por el contrario, sale de prisión con asuntos pendientes enterrados profundamente en el pasado, señala la sinopsis de “Golpes”. No comete robos por riqueza o venganza, sino para reclamar la tierra donde su padre, un proscrito republicano después de la Guerra Civil, yace en una tumba anónima, que pronto será borrada por los promotores inmobiliarios. El corazón palpitante de la película es cómo reacciona Sabino ante lo que le provoca su reencuentro con Migueli, con una nueva novia, la única familia que tiene.
Variedad habló con Cobos justo después del estreno mundial de “Golpes” en Valladolid.
Migueli y su pandilla comparten con los héroes del cine “quinqui” un odio visceral por el establishment español. Migueli se distingue, sin embargo, por su recuerdo del pasado.
Estoy completamente de acuerdo. Aunque podríamos decir que ha pasado suficiente tiempo para poder decir que estos “quinquis”, jóvenes rebeldes que iban contra el sistema, podían responder a una evidente razón política que tenía su origen en la Guerra Civil Española.
“Golpes” da la sensación de una España en la cúspide de la modernidad, aunque una parte del país se queda atrás. Esto se captura en una de las primeras escenas cuando Miguelí camina hacia su pensión y se cortan imágenes de archivo contemporáneas…
Sí. Migueli regresa a una humilde zona pobre de Sevilla, que se puede ver en la tierra de las paredes. Las imágenes de archivo capturan a niños harapientos que parecen huérfanos, niños de la calle. Estábamos en el verano de 1982, en la cúspide de que España tuviera su primer gobierno de izquierda en muchas décadas, y sin embargo aquí hay una sensación de una Sevilla muy marginal cercana a la posguerra.
Usted ha hablado de “Golpes” como una “fábula sutil que intenta representar un país en plena transición, un país contradictorio, desorientado, incapaz de ajustar cuentas con su pasado”. Eso se ve en su dirección que muchas veces mezcla lo antiguo y lo nuevo, como la pensión, con cajones modernos pero con una vieja estufa de gas….
La pensión, la casa de Antúnez, es como una especie de casa de vecino, una tradicional vivienda comunitaria sevillana que hoy está desapareciendo. Cuando estábamos filmando interiores, se oían sonidos de construcción provenientes del exterior. Su casa tiene los últimos discos de los años 70, principios de los 80, y facetas más folclóricas, tradicionalistas….
La película también es muy emotiva, lírica….
Sí, esa era mi intención. Quería una película muy emotiva, conmovedora y al mismo tiempo muy lírica, con un toque poético importante. Y creo que está ahí.
Una forma de crear emoción es la música, como en la banda sonora que suena cuando Miguelí regresa a casa….
El regreso del héroe, ¿verdad? La música es crucial. Como has dicho, la película es una réplica o una reinvención del “cine quinqui” español.
Pero quería ir contra todo. El cine quinqui que recordamos era mucho más crudo, más áspero, inmediato y directo. Su música era flamenca, mezclada con otros géneros, Los Chunguitos, Los Chichos, la rumba catalana, quería algo que fuera más sofisticado. Al principio de la película una de las canciones tiene una base de seguidilla estrictamente flamenca, usada en muchas canciones pero yo quería llevarla a un nivel mucho más poético y disruptivo.
Otra vía hacia la emoción son los actores de la película, aquí Jesús Carroza y Luis Tosar….
Sí, ambos son espectaculares. Jesús, desde el sentido de la honestidad, la verdad, la autenticidad y Luis tiene esa y una técnica de actor increíble.
Y ayude a lo que creo que es su objetivo: un cruce entre cuestiones sociopolíticas y entretenimiento.
“Golpes” tiene vocación de entretenimiento y de conmover, pero al mismo tiempo es un pretexto para cuestiones sociopolíticas enterradas, de modo que al final, habiendo vivido el recorrido de la historia en la película, queda una crítica, o al menos una intención de plantear preguntas. La vocación del cine es ser vista, conmovedora y si es posible plantear preguntas, muchas.
Lo dice en un momento en el que ni siquiera en la España de 2025 la cuestión de la memoria histórica de España está totalmente resuelta.
Exactamente, no como un problema ni, diría, casi como un problema. El tiempo pasa y no llegamos a ningún tipo de consenso, y todavía quedan huesos enterrados bajo tierra oscura en zanjas abandonadas por Dios. Eso es terrible.
¿Y cómo quieres seguir adelante?
Me encantaría seguir escribiendo con Alberto. Escribir es mi impulso. Pero quiero seguir dirigiendo, si puedo, lo antes posible.

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Crédito: Julio Vergne
