La problemática que representa el jabalí para el medio ambiente y la biodiversidad en muchos lugares del mundo también preocupa en Córdoba.
En esta provincia, la principal especie exótica invasora es el jabalí europeo, cuya cantidad está aumentando de manera sostenida.
El jabalí es considerado plaga: existe sobrepoblación debido a su elevada tasa reproductiva. Ocasiona un serio impacto en la diversidad biológica y en actividades humanas como la agricultura.
En este sentido, origina daños ecológicos en los cultivos (se alimenta de maíz, por ejemplo) y en los suelos a causa de las remociones que hace con su hocico; causa accidentes en las rutas; puede atacar a animales domésticos; es dispersor de semillas; modifica la vegetación existente; genera perjuicios productivos (en silos bolsa, por caso); y transmite enfermedades al ganado y al ser humano.
Por sus características biológicas y tamaño, el jabalí genera otro problema: está desplazando de su hábitat y área de distribución al pecarí, mamífero más pequeño de volumen que integra la fauna autóctona. Compiten por alimento, agua y refugio.
El jabalí no tiene depredadores naturales, excepto el puma, aunque este felino sólo ataca ejemplares de pequeño tamaño y jabatos (crías de jabalí).
Caza deportiva
En la provincia de Córdoba, la caza deportiva del jabalí está habilitada todo el año. Se realiza de noche, porque este mamífero tiene hábitos nocturnos.
El jabalí (de nombre científico Sus scrofa) es una especie exótica que viene ampliando su distribución en casi todo el territorio cordobés.
De origen europeo y gran tamaño, se dispersó por toda Argentina debido a su capacidad de adaptación a diversos hábitats. Vive en piaras, es omnívoro y tiene un alto nivel reproductivo. No es un animal tranquilo.
No se conoce la población actual de jabalíes ni existen publicaciones oficiales al respecto. Pero se estima que, en ambientes con características similares, hay entre cinco y seis individuos por kilómetro cuadrado.