La esclerosis múltiple es una enfermedad neurodegenerativa y constituye la primera causa de discapacidad no traumática entre los 18 y 35 años. Tiene “mejor pronóstico a futuro cuanto más precoz sea el diagnóstico.
Con motivo del Día Mundial de la Esclerosis Múltiple, que se conmemora este lunes, especialistas y asociaciones buscan visibilizar esta enfermedad que “presenta síntomas muy variados e incluso puede ser asintomática, ya que afecta al sistema nervioso central de manera crónica y degenerativa”, explican especialistas.
A su vez, se considera una enfermedad autinmune ya que el sistema inmunológico no reconoce la mielina -un material graso que protege y rodea las células nerviosas- como propia, y en consecuencia, la lesiona, afectando los impulsos nerviosos.
Entre los síntomas más habituales de esta enfermedad, se encuentra la debilidad muscular, alteraciones de la vista, sensación de hormigueo, picazón o entumecimiento, problemas de memoria y pensamiento, fatiga y falta de coordinación y equilibrio.
A pesar de que afecta a “principalmente a mujeres entre los 20 y 40 años”, la psicóloga destacó que en la actualidad “hay tratamientos para frenar la enfermedad y tener calidad de vida”.
Entre los factores conocidos hasta el momento que pueden conjugarse con la predisposición genética, se encuentra la infección en la infancia por el virus de la mononucleosis infecciosa, el déficit de vitamina D, el tabaquismo y la obesidad en la adolescencia.
En cuanto al tratamiento, “recorre cuatro caminos paralelos no excluyentes”: el tratamiento sintomático -que trata el dolor, la rigidez, la depresión y la fatiga-, el tratamiento de prevención, el tratamiento de los episodios agudos, -cuando se presentan- y en los pacientes que lo requieran, la rehabilitación motora o neurocognitiva.
Por último, el especialista concluyó en que “lo importante es un diagnóstico y un tratamiento temprano para evitar la discapacidad y poder mantener una buena calidad de vida”.