“Fue un chamuyito por Facebook, no pasa nada”, “Sólo nos escribimos por wasap, yo te quiero a vos”, “Son un par de tuits, quedate tranquilo”…seguramente mucha de las personas que utilizan las redes sociales han utilizado alguno de estos argumentos -o similares- para explicarle a su pareja que los celos por mensajes intercambiados por Internet no son válidos porque “fue sólo algo virtual”.
Lo que no sabían es que estaban lastimando a sus seres queridos de la misma forma que si los hubieran engañado en la vida real…o eso dice un estudio publicado por la Universidad Tecnológica de Texas. La investigación asegura que la infidelidad virtual duele tanto como la verdadera.
El estudio fue realizado por Jaclyn Cravenes que explica que “hay quienes sostienen que si la infidelidad descubierta es cibernética, o limitada a la actividad por internet, no debería ser tan dolorosa”, pero que descubrió el proceso por el que las personas encaran el problema de la infidelidad virtual y que, finalmente, lastima y mucho.
El modelo tiene cinco pasos: 1. Señales de advertencia 2. Descubrimiento de la infidelidad 3.Evaluación del daño y 4. Actuación frente a los hechos y 5. Toma de decisiones acerca de la relación de pareja.
Al respecto, la investigación estipula que a las parejas les cuesta evaluar el daño porque no hay reglas claras sobre el comportamiento en internet, pero “de todos modos el impacto emocional para la persona que ha descubierto actos de infidelidad cibernética no es menos grave que el de los actos cometidos físicamente”.
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