Cómo el editor de ‘Fue sólo un accidente’ cortó en secreto la película en Irán


cineasta Jafar Panahi se niega a ser silenciado.

Panahi, que fue encarcelado dos veces por el gobierno iraní, fue liberado por última vez en 2023 y continúa resistiendo la censura a través de su arte. Su última película, “Fue solo un accidente«, fue filmada en secreto en las calles de Teherán. La naturaleza clandestina de la producción obligó a Panahi a confiar en sus colaboradores más confiables para darle vida a la historia.

“Fue solo un accidente” se centra en un grupo de ex prisioneros que se encuentran con un hombre que creen que fue el guardia que los torturó. Con el hombre cautivo, el grupo debe decidir si vengarse o no. Dada la necesidad de Panahi de trabajar de incógnito y rodar la película en secreto, su editor, Amir Etminan, también tuvo que actuar con discreción. Hablando a través de un traductor, Etminan reveló que tuvo que utilizar equipo mínimo y portátil para completar su trabajo.

«No tuve la oportunidad de trabajar con ninguna empresa o estudio en Teherán», explicó Etminan. Si bien la mayoría de los editores dependen del software basado en la nube, él no podía hacerlo. En cambio, trabajó en una vieja MacBook Air y se aseguró de que nunca estuviera conectada a Internet. «Me vi obligado a descargar y actualizar todo mi software fuera de Irán antes de comenzar la edición», añadió. La delicada seguridad que rodeó la película significó que Etminan trabajara completamente fuera de la red. No tuvo acceso a un asistente durante el proceso de edición y, debido al pequeño equipo, a menudo tuvo que asumir responsabilidades logísticas adicionales.

La producción de la película fue igualmente poco convencional debido al riesgo de intervención gubernamental. Etminan notó que el equipo no tenía un guión completo sobre el cual trabajar. «No pudimos tener un guión completo debido a la atmósfera sensible a la seguridad. Sólo teníamos un esquema general de la trama con diferentes escenas, pero ningún diálogo detallado», explicó. Panahi temía que si las autoridades acudían al set, la presencia de un guión completo podría crear problemas importantes. En cambio, cada mañana, Panahi proporcionaría el diálogo del día y los detalles de la escena, asegurando que el proyecto permaneciera fuera del radar.

El tema de la venganza de la película resuena en toda la narrativa. Vahid (interpretado por Vahid Mobasseri) se encuentra con un hombre llamado Eghbal (Ebrahim Azizi), pero llamado Peg Leg debido a su chirriante prótesis, y con su esposa embarazada en un auto averiado. Peg Leg atropelló accidentalmente a un perro callejero y ahora está varado en un pequeño pueblo. Vahid, un asistente mecánico, se da cuenta de que el hombre al que ha ayudado es el funcionario de prisiones que una vez lo torturó brutalmente. Abrumado por el odio, Vahid está a punto de asesinar a su antiguo torturador, pero finalmente decide no hacerlo.

Al editar la película, Etminan trabajó para inyectar humor en el tono sin comprometer su realismo. “El humor les resulta natural”, dijo, describiendo cómo equilibró los temas más oscuros de la película con momentos de ligereza. Y añadió: «El señor Panahi no quería exagerar nada. Todo tenía que parecer natural y auténtico, ya que refleja la vida real».

Al final de la película, Vahid y Shiva (Mariam Afshari) atan a Eghbal a un árbol mientras lo interrogan, bañado por la luz roja de las luces traseras del auto. Vahid tiene ventaja sobre el hombre que una vez lo oprimió. Sin embargo, cuando se enfrenta a la elección de la venganza, Vahid finalmente lo deja pasar y decide no ser brutal. Este momento simboliza el mensaje de Panahi: la venganza y la violencia no son la respuesta, y la misericordia debe prevalecer.

Etminan confirmó que esta resolución fue intencionada en el guión. La toma final muestra a Vahid caminando por un pasillo, con el sonido de la pata de palo de Eghbal resonando detrás de él. Se escucha a Eghbal, pero no se lo ve, mientras sus pasos cojeando se acercan y luego se desvanecen. Etminan explicó que el objetivo era representar a un hombre que lucha por una vida normal, mientras persiste la sombra de la dictadura y el totalitarismo. El énfasis de Panahi en los valores morales por encima de la venganza subraya el mensaje central de la película.



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