La contaminación de la comida en el proceso de preparación, conservación (cadena de frío), manipulación y distribución, puede producir intoxicaciones o infecciones.
Los síntomas suelen aparecer pocas horas o días después de la ingesta, y varían de acuerdo al tipo de agente responsable (microorganismos, toxinas o parásitos); a la cantidad de alimento contaminado consumido, o al estado de salud de la persona.
El malestar comienza generalmente con dolores abdominales fuertes (cólicos), diarrea, vómitos y dolor de cabeza.
Ante alguno de estos síntomas, es importante no manipular ni preparar alimentos, además es fundamental sostener la hidratación, no automedicarse y consultar al centro de salud más cercano.
Se debe tener especial precaución con aquellos alimentos que incluyen leche cruda, sobre todo cremas, huevos crudos o semicocidos; o alimentos que los contienen; carnes crudas o mal cocidas; y verduras que no hayan sido bien lavadas.
Además, es necesario comprar alimentos en lugares debidamente habilitados y de procedencia segura.
Se debe corroborar en los envases la información acerca de su inscripción en el Registro Nacional de Producto Alimenticio (RNPA) y Registro Nacional de Establecimiento (RNE), fecha de elaboración y vencimiento, número de lote y datos referidos a su valor nutricional.
Otras medidas importantes
→ Cocinar correctamente los alimentos para eliminar bacterias. En el caso de las carnes, corroborar que no quede color rosado en el centro. Consumirlos inmediatamente después de cocinarlos.
→ No cortar la cadena de frío de los alimentos que necesiten refrigeración. Una vez que un alimento ha sido descongelado, no debe volver al freezer, salvo que esté cocinado. Cuando se rompe la cadena de frío, el alimento debe consumirse el mismo día.
→ Evitar el contacto entre alimentos crudos y cocinados.
→ Lavarse las manos antes de preparar alimentos, después de cualquier interrupción, cuando se haya manipulado carne cruda y luego de ir al baño o de tocar mascotas.
→ Mantener alimentos fuera del alcance de insectos y otros animales, ya que suelen transportar microorganismos patógenos.
→ Utilizar siempre agua potable. Si el suministro no es confiable, conviene hervir el agua antes de añadirla a los alimentos.
→ Si come fuera de su hogar, exija que los alimentos estén bien cocidos y controle que los aderezos estén correctamente envasados.
→ No dejar alimentos cocinados a temperatura ambiente durante más de dos horas.