Personal de bomberos voluntarios trabajó esta tarde para extinguir un incendio de pastizales en la ciudad, pero esta vez, la historia terminó con un singular y destacado gesto de amor y agradecimiento.
Es que Lorenzo Sayago, con solo cinco años de edad, no dudó en ir donde tenía sus ahorros que consiguió con la caída de su primer diente, tomó el dinero y cruzó hasta la pandería a comprar una bolsa de criollitos para entregar a los bomberos, como un modo de agradecimiento por la tarea realizada.
En diálogo con Cita Directa, su mamá Jesica cuenta que esta actitud la sorprendió, aunque no tanto, porque “él siempre es así, se preocupa por ayudar a los demás, siempre digo que es un niño grande en un cuerpo pequeño”.
“Lorenzo admira mucho la labor de policías y bomberos”, concluye Jesica, quien por supuesto, no oculta su orgullo y satisfacción ante el particular suceso que tuvo a su hijo como protagonista.