Definitivamente llorando, el paciente de Karyaman lucha contra el asma desde la infancia y la falta de fondos hasta ganar 2 Gold SEA Games


Martes 16 de diciembre de 2025 – 14:12 WIB

VIVA – Las lágrimas de emoción parecían inevitables cuando la pareja de dobles masculinos de Indonesia, Buen trabajo Gutama/Moh Reza Pahlevi Isfahani, consiguió la medalla de oro en el número individual Juegos del mar El año 2025 está al alcance de la mano.

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Esta victoria no es sólo un récord de logros, sino más bien un largo retrato de lucha, sacrificio y oración que finalmente dio sus frutos.

En la final, Sabar/Reza tuvieron una actuación extraordinaria al enfrentarse a la dura pareja malaya, Aaron Chia/Soh Wooi Yik.

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Con tranquilidad y confianza terminaron el partido en dos juegos seguidos, 21-14 y 21-17. Este oro individual complementa el oro por equipos que habían logrado anteriormente, lo que los convierte Juegos del MAR 2025 como una etapa histórica en su segundo viaje profesional.

Sin embargo, detrás de los vítores de la victoria, hay una historia silenciosa que rara vez se escucha. Para Sabar, esta medalla de oro no se trata sólo del podio más alto, sino de la respuesta a un largo viaje lleno de incertidumbre. Él y Reza incluso ingresaron al equipo de los SEA Games en una situación repentina.

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«Ciertamente muy feliz, muy agradecido. Esta es una de las extraordinarias bendiciones de que pudimos ingresar al equipo de SEA Games en el último minuto, cuenta. Y ayer pudimos dar el mejor desempeño, tanto individualmente como en equipo. Ojalá esto sea una tendencia positiva para nosotros, una motivación para lograr otros logros», dijo Sabar.

Esta felicidad se siente aún más profunda si miras la historia de la infancia de Sabar. Su padre, Thomas Garlan, reabrió a VIVA.CO.ID la historia de la lucha que casi detuvo los pasos de su hijo antes de llegar hasta aquí. No se trata sólo de un duro entrenamiento, sino también de la lucha contra las enfermedades y las limitaciones económicas.

«Es una larga historia, señor. Mi hijo solía tener asma grave. A menudo lo hospitalizaban, incluso hasta medianoche. Me preocupaba que si seguía tomando medicamentos, tendría efectos secundarios cuando fuera adulto. Finalmente le pedí que hiciera ejercicio», recordó Thomas a VIVA.

La decisión de llevar a Sabar al mundo del deporte no fue inicialmente para perseguir logros. Fue puramente el esfuerzo de un padre por salvar la salud de su hijo. Se eligió el bádminton no por ambición, sino por la simple esperanza de que el niño pudiera respirar mejor.

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«Al principio le gustaba el fútbol, ​​pero como pasaba mucho tiempo al aire libre le recomendé jugar al bádminton. El objetivo inicial no era lograr nada, sino curar su asma. Gracias a Dios, después de unos meses de práctica su asma se ha curado por completo hasta ahora».

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